El 14 de marzo de 2009, en Gif-sur-Yvette (Essonne - Francia), al Espace Val de Gif (centro cultural), durante la manifestacion "Le Printemps des poètes", los actores profesionales Catherine Artigala y Florent Meyer de la compania Trëma, nos han presentado su espectáculo Intitulado "Les Zhumoristiques" de Michel Monnereau.
La manifestación se acabó con la lectura de unos poemas por Catherine Artigala (textos de Pascale Arguedas, Thierry Claudet, Claudine Guittet, Dominique Lanvier, Laura Krasnopolsky, Marc Rugani, Juliette Prawitz et Lucas Lavenant).
Catherine Artigala leyendo el poema
"Histoire d'en rire" («Reirse no más») de Laura Krasnopolsky,
al lado de Florent Meyer
Escuchar el poema en francés
"Lire et écouter le poème en français"
Texto protegido por derechos de autor
Hablar de humor...
De hacerle reír,
Hubiera sido más útil,
Pero, de veras, se revela
Cerca de lo imposible.
Un poema a la medida,
Despojado de sus rimas,
Y de sus versos medidos.
La poesía de reír,
De todos los contrastes,
Debe haberse valido.
Para quedar poética,
La palabra tiene música.
Poesía libre en versos,
La forma de sorprenderlo
Haciéndole activar
Todos juntos los músculos
Llamados zigomáticos.
La falta de escritura,
Oh poeta,también es causa,
Lástima, de varios tormentos.
Entonces, a su pluma,
Se remite plenamente.
Ella sabrá conseguirle
La palabra certera
Para hacerle, al menos
Dibujarle un ritual.
Yo la tomo en mi mano,
Y la pluma de pronto
Se agita con violencia,
Lanzando con su tinta
Palabras que se pierden :
«Reirse a carcajadas,
Burlar, desternillarse,
Pavonearse, despelotarse,
Descuajaringarse,
Romperse
La jeta... »
Trato con mis dos manos
Detener a mi pluma
No estando muy seguro
De quién gusta en verdad
Usar este lenguaje
Tan poco refinado.
¿ Sin saber a que rumbo
Funesto y sin sentido
Me llevará ella, a mí,
Desdichado poeta ?
De un solo golpe, llego
A quitarle, mal que bién,
Su reserva, su sangre,
Robándole de pronto
Su veneno mortal.
Dirijo los ojos hacia
Este humilde lápiz,
Usado hasta la punta,
Que de mí, se acerca,
Salvándome del agua.
Lo agarro con firmeza,
Lo obligo a escribir,
Apoyando su punta.
Solamente consigo,
Un lápiz en pedazos,
Garabatos inmundos,
Y una página rota.
Deslizando el lápiz,
Y su grafito inútil,
Recojo sin palabras,
La impertinente pluma,
Y le hago comprender
Que hasta el mundo será
Todo entero a sus piés,
Y si al menos en fin,
Llegara, dignamente
Con dos justas palabras,
Divertirle a cada uno.
Ella recoje su carga
De sangre y de misterio,
Con el ruido espantoso
De su punta de acero.
Pero su tinta reseca
Ha borrado las letras
En la hoja arrugada.
Y yo sin poder más,
Sin nada comprender,
Sin duda, Usted tampoco,
«Perderé mi latín».
Que pretexto, ellos dos
Encuentran para burla,
La pluma y el lápiz
En su juego de mimo.
Si pudiese estar feliz,
Oyendo vuestra risa
Estallar, y tanto más,
Ver con mis propios ojos
Activarse sus músculos
Y vuestra boca inmensa
Quedarse bién abierta,
Sus magníficos dientes,
Y de oro sus coronas
Que bién pudiese contar.